Hace varias semanas ya que el mundo entero es azotado por una de las pandemias más agresivas de nuestra era, no sólo por el rápido contagio que ha provocado miles de decesos a lo largo y ancho del planeta, sino además por las graves afectaciones provocadas a la economía globar.
Pequeños y medianos empresarios han visto desaparecer el fruto de muchos años de lucha, esfuerzo y ahínco. Incluso grandes empresarios deben tomar la muy triste y difícil decisión de despedir a sus colaboradores, suspender sus contratos o reducir sus jornadas, teniendo claro que esto significa cortar de golpe los ingresos de los dependen para llevar sustento diario a sus hogares, lo que inevitablemente hace crecer exponencialmente los índices de desempleo y pobreza.
Sin embargo, a pesar de la difícil situación, no es momento para encerrarse en el temor de un futuro incierto que nubla nuestros ideales de seguir avanzando; por el contrario, es tiempo de pensar, de tomar decisiones que nos permitan abandonar y superar la rutida cotidiana para salir de esa “zona de confort” que suele encadenar a las empresas a ideas y prácticas conocidas que desaceleran el crecimiento porcentual de sus inicios porque “lo que siempre ha funcionado, debe siempre permanecer igual”, de manera que no se corran aquellos riesgos de antaño que si bien fueron muy fructíferos, ahora nos preocupan porque evolucionar implica adaptarse al nuevo ritmo que poco a poco está tomando el control de la nueva economía.
Esta situación de crisis sanitaria nos ha permido escuchar y leer en casi todos los medios de comunicación, e incluso en las temidas redes sociales que, sin importar el desarrollador, la Inteligencia Artificial se ha destacado y colaborado en la búsqueda de soluciones para mitigar los efectos de esta terrible realidad, sea en el proceso de desifrar el genoma del coronavirus, en el análisis estadístico de su avance y consecuencias globales, en la búsqueda de falsas informaciones para proteger a la población, en el acompañamiento de los consumidores en línea, en las nuevas campañas de mercadeo digital, y en la atención permanente del cliente.
Pero, ¿será que este es el máximo alcance que puede tener la Inteligencia Artificial en Costa Rica?
Esta es una de las preguntas que tuve la grata oportunidad de debatir con un grupo de colegas de varios países latinoamericanos, quienes impulsados por esta pandemia nos reunimos de forma virtual con el fin de poder discutir y generar nuevas soluciones, capaces de ayudar a las diferentes empresas y negocios, sin importar el tamaño, EBITDA o cantidad de colaboradores.
Entre las respuestas a esta interrogante que todos nos hacemos, hubo quienes indicaron que ya se han implementado chatbots capaces de interactuar con las personas que ingresen a redes sociales o la las páginas web de sus empresas, pero que muchas de las gerencias y encargados de la toma de decisiones los perciben como una simple alternativa para temas muy puntuales, no estando dispuestos a perder ese “toque especial” que da la voz e interacción propia de las llamadas con sus clientes, sin importar que ello representa un gasto enorme y un constante reclamo de los usuarios.
Más impresionante fue escuchar, con cierto asombro y amargura, que muchos consideran que las páginas web y redes sociales son un simple sustituto de las ya desaparecidas páginas amarillas o de las tarjetas de presentación; en otras palabras, muchos creen que hay que tener sitios web y presencia en redes sociales porque sus competidores las tienen, sin comprender los incomparables beneficios financieros y operativos que éstas tienen para cualquier actividad.
Pero pregunto de nuevo, ¿este el máximo alcance que se puede tener con Inteligencia Artificial?
Ahora es mi turno de responder. En medio de una combinación de asombro y positivismo, pude mostrarles y demostrarles que nuestra compañía tiene años de haber alcanzado límites mucho más altos que se consideran una verdadera evolución de la tecnología y de la Inteligencia Artificial en Costa Rica.
Hemos logrado con gran éxito la atención de las centrales telefónicas de varios de nuestros clientes, realizando el “first contact”, no como un simple IVR que recibe y traslada llamadas, sino que comprende las intenciones para interactuar con el usuario, e incluso, hemos logrado cientos de miles de interacciones para el manejo, negociación individucal y recuperación de capitales por medio de una asistente de Inteligencia Artificial que ha absorbido más de 20 años de experiencia y know how en esta vertical, siendo totalmente capaz de entender y guiar a las personas por medio de una conversación en lenguaje natural, que adicionalmente logra llamar telefónicamente a las personas para interactuar con ellas de una forma “cotidiana”, que en la gran mayoría de los casos ha generado la empatía de quienes la escuchan y deben convenir con ella la mejor manera de honrar sus deudas.
Honestamente, yo me pregunto cómo podría aprovechar un CEO, un gerente financiero o una asamblea de accionistas que su empresa tenga la capacidad de atender las 24 horas del día al 100% de sus clientes por múltiples canales digitales y telefónicos, en tiempo real, sin necesidad de capacitaciones constantes, con un control absoluto de cada interacción y sin preocuparse por órdenes sanitarias que puedan detener su operación.
Asimismo, cabe preguntarse cómo valorarían los clientes de cualquier actividad los beneficios de contar con atención, asistencia y respuestas inmediatas, ténicas y especializadas, aunque las mismas sean suministradas por un sistema de Inteligencia Articial en Costa Rica.
Como ya hemos comprobado en la práctica, más del 97% acepta la interacción no humana si con ello soluciona inmediatamente su gestión, y más importante aún, cuando advierten que un negocio o institución se ha preocupado por los intereses de sus clientes, aumenta exponencialmente la confianza, la lealtad y el compromiso con una marca o empresa. Bien dicen las estadísticas que el 68% de los clientes se pierden por mal servicio o falta de atención.
¿La Inteligencia Artificial en Costa Rica sustituirá a los colaboradores humanos?
La respuesta en este momento es un No rotundo.
Su finalidad es la de complementar, apoyar y mejorar la calidad de vida del ser humano, aligerando el stress de sobrecargas de trabajo, haciendo más ágiles y simples las acciones repetitivas que estancan el desarrollo de sus ejecutores, encarecen las operaciones diarias y molestan a los clientes.
El objetivo de la Inteligencia Artifical es impulsar nuevos negocios, aumentar las ventas, mejorar el seguimiento, crear lealtad de sus clientes al conocer mejor sus necesidades e intereses, y evolucionar con cada actividad para que las personas también evolucionen intelectualmente.
Es tiempo de eliminar los mitos, la ciencia ficción y las falsas ideologías que frenan una evolución que será positiva para la humanidad.
Ya ha iniciado la nueva revolución tecnología, y al igual que sucedió con la Revolución Industrial, vendrá llena de novedades, adaptaciones y reinvenciones que cambiarán para bien a los hombres y mujeres de este planeta, y lógicamente, que beneficiarán a todos aquellos negocios que comprendan la rentabilidad y expansión que generará.
Por eso es que hemos no solo analizado, sino previsto y comprobado como la Inteligencia Artificial es el aliado perfecto para hacer negocios, para generar nuevas oportunidades comerciales y laborales, y para marcar un antes y un después en la velocidad en que avanzará el mundo para quienes den el primer paso.
Escrito por Víctor Solano – CTO de MAIA Inteligencia Artificial S.A.